miércoles, 18 de julio de 2007

Curiosidades XIV

...y sólo bajaba a por patatasHay una manera infalible de saber si uno es verdaderamente el amo de la casa en la que vive, o si juega un papel secundario: bajar al super a comprar algo, pero única y exclusivamente 3 cosas. ¿Bajar a comprar 3 cosas nos dirá si somos los amos? No, pero ahí se deriva la clave, ya que la respuesta no está en que bajemos a por tres, sino en cuántas traemos cuando subimos. Si traemos sólo esas 3, a no ser que pertenezcamos a ese 1% de metódicos, seremos unos mandaos. Pero si de verdad somos los amos, será sencillo comprobarlo: subiremos cargados como burros con cuatro bolsas llenas de cosas a por las que en principio no bajábamos. Para más inri, no traeremos dos de las tres cosas que bajábamos a buscar, porque entre tantas otras, se nos han olvidado.

Esto es muestra inequívoca de que nosotros somos los que manejamos el cotarro. Nadie que no lo maneje tiene la iniciativa de llenar esas cuatro bolsas, ni sabe qué hay/qué falta en casa. En caso de que tengáis parte de esta iniciativa, pero sintáis la irrefrenable necesidad de llamar a cariño (o cualquier otra modalidad de ser con la que conviváis) para preguntar algo, no lo dudéis, NO sois el am@ del calabozo; el verdadero amo es el/la que recibe la llamada.

Esto viene al hilo de lo que siempre nos ha sorprendido a todos, de pequeños, en mamá. Ella bajaba un momento, a por patatas, y para tu sorpresa, la veías subir con esas cuatro bolsas con "pimientos, tomates que tampoco tenía, un poco de queso del que le gusta a papá, unos pepinos y ya hago gazpacho, ajetes que tenían una pinta estupenda, unos filetes de cadera que mañana viene tu hermana" y muy probablemente, no subía las patatas; tenía que volver a bajar y un poco de lo mismo, o bien te mandaba a tí a por ellas, que seguías con cara de bobo intentando entender cómo se puede bajar a por patatas y subir con medio supermercado.

Nuestras madres han hecho esto una y mil veces, como lo hacemos y haremos tod@s l@s que somos am@s de casa, porque es lo normal. Pero no deja de ser hilarante el que estemos autoconvencidos de esa tonta frase que decimos: "me paso a por leche antes de subir a casa". Como que casi siempre acabamos haciendo la compra de la semana, vamos.

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jueves, 12 de julio de 2007

Las edades del hombre IV

No todos los sueños se cumplenTodavía no he llegado a la mitad de mi vida, pero ya he pasado ese punto en el cual te paras a hacer repaso de dónde estás, y compruebas si coincide con dónde querías estar al llegar aquí. El momento, o la frecuencia con la que hacemos esto, no es un estándar; hay gente que navega por la vida improvisando, sin plantearse nada, mientras que en el otro extremo, otros se pasan los años hamleteando sobre todo. Por ahí en medio andan los que lo hacen el 31 de diciembre a las 23:45, aunque claro, sin demasiadas pretensiones. Personalmente opino que no viene mal hacerlo de cuando en cuando, sobre todo cuando tienen lugar cambios de importancia en tu vida; los finales de etapa, los comienzos de otra. Puede ayudar a situarte, y te puede dar información valiosa sobre lo que hiciste bien o mal, por si pudieras aplicarlo en el futuro.

Y puedes encontrar que efectivamente, no estás donde creíste que ibas a estar. No tienes lo que creíste que ibas a tener. No has hecho lo que creíste que ibas a tener hecho. E incluso puede ser peor: puedes encontrar que ya no podrás tener algunas de estas cosas, que tu momento ha pasado. La sensación que te queda no es nada agradable.

Es por esto que conviene tener cuidado con lo que se desea para uno, porque no sólo puede suceder como en el dicho, que se cumpla, sino que puede pasar todo lo contrario, que no se cumpla. Y aunque sea muy, muy difícil, deberíamos hacer un ejercicio de madurez y previsión cuando lanzamos nuestros deseos al aire, y pensar cómo nos puede sentar al cuerpo si años después éstos no se ven completos.

Parece un poco pesimista el post, pero no es la intención; es sólo una reflexión con moraleja: la vida da muchas vueltas, y no está de más llevar un poco de realismo en el fondo de la maleta, porque aunque tengamos muchas ilusiones y luchemos por ellas, a veces la vida nos colocará donde no pensábamos ir, y nos será maravillosamente útil saber encajarlo sin frustraciones.

Aunque quizá sea mejor disfrutar de Diana Krall sin darle vueltas a esto...



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sábado, 7 de julio de 2007

La sociedad III

En casa me lo hacen mejorHace poco invertí en un equipo home cinema. Mucha gente no entiende el por qué de esta inversión, yo creo que porque no van al cine. Antiguamente, uno iba al cine a pasar un buen rato y a disfrutar de la película. Después, te habría gustado más o menos, pero eso ya era cuestión de tu buen ojo eligiendo. Desde hace años, la situación es bien diferente. La inmensa mayoría de las veces que he ido al cine estos últimos 5 años (¿4, 5 veces en total?) sólo me ha valido para NO disfrutar de la película y salir mosqueado. Las razones, supongo que serán conocidas por todos:


  • El grupito mixto de adolescentes sobrehormonados que sólo saben disfrutar del cine jodiéndole la película a los demás
  • La cría de 12 años que estrena su móvil personal, lo lleva bajo el brazo como hasta hace nada llevaba su muñeca de trapo, lo coge en mitad de la película y se pasa 3 minutos explicándole en tono normal a su amiga Vane que "sí...en el cine...no, no importa... sí, luego vamos a quedar todos... no, tía, paso, que he discutido con Javi... bah, lo de siempre, luego te cuento... " mientras yo pensaba qué decirle
  • Los comedores compulsivos de nachos y otras delicatessen más aromáticas
  • La pareja de grullas cincuentonas que no paran de cotorrear y reirse bien sea la peli de humor, de terror, un drama o un musical, con comentarios chistosos del tipo "¡¡mira, ese se parece al cabrón de tu ex-marido!!"
  • La butaca rota que me tocó en suerte
  • El/la imbécil que no sabe que cuando cruza las piernas una y otra vez (¿coño, tienes almorranas o qué?) y le da una patada a la butaca de alante (la tuya) es como si te diera una patada en tu propia espalda
  • El precio de las entradas, que ya se puede ver a 6,5 euros (1081 ptas. de las de antes) en muchas salas, sea la película buena o sea una bazofia infumable
  • La gente que, media hora antes de la peli, piensa en su casa "¿qué hacemos esta noche? ¿vamos al cine?" y naturalmente, llegan 10 minutos tarde (anuncios incluidos) y levantan a toda la fila
  • Los que, en vacaciones escolares, ya no saben qué hacer con los niños, y como no les tocaron dos dedos de frente cuando repartían, les llevan a ver pelis que no son adecuadas para su edad, y se tienen que salir en plan safari con porteadores a mitad de la peli
  • Los cerdos que creen que por pagar 6,5 euros tienen derecho a dejarle al siguiente que venga las butacas, suelo, etc. hechos una porquería de palomitas, refrescos, envoltorios, etc.

Podría seguir, pero creo que está claro. En la otra orilla, tenemos la inversión:

  • Invierto 12 euros en una película, que veo varias veces, en varios idiomas, con subtítulos y con extras. Hasta se las presto a los amigos/familia si se portan bien, lo que permite un rápido retorno de la inversión (ROI)
  • Me abro una cervecita, pillo unas aceitunas y un poquito de jamón, y hago de una sesión de cine en casa una experiencia mística
  • El sonido me envuelve y me permite disfrutar al 100% de la película, y además al volumen que yo considero adecuado, sin tener que agudizar el oido ni atronarme como en muchos cines
  • Puedo darle a la pausa para el momento baño
  • Puedo repetir una escena si lo considero oportuno
  • No molesto a nadie, nadie me molesta y no tiene lugar ninguna de las situaciones enumeradas anteriormente
  • Cuando acabo de ver la peli, me queda una agradable sensación de cine, sé que la he aprovechado al máximo y que recordaré los detalles (si merecía la pena), ya que no he tenido que estar más pendiente de la gente que me rodeaba que de la propia película

La única contrapartida es que no todos tus vecinos comparten tus gustos cinematográficos; pero bueno, esto es un mal menor. De cualquier modo, creo que entendereis por qué ya no voy al cine.

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viernes, 6 de julio de 2007

Los cambios IV

Pabennos mataoHoy he despedido a otro compañero. Lo fue durante 9 años. Fueron tiempos de alegrías, viajes, días duros y noches más duras (jeje). Vimos varios paises juntos y recorrimos muchos miles de kilómetros. Muchas cosas vio pasar fuera, muchas otras pasaron dentro.

Al final, como ya sabéis, hemos tenido un percance. Él se llevó la peor parte (afortunadamente). Su frontal deformable cumplió bien su cometido, como se puede apreciar. Mientras todavía estaba operativo tenía varias novias; después del accidente, ni el seguro quería arreglarlo. Los únicos que han tenido interés por él son los profesionales del despiece. Qué pena.

Pero la vida sigue, y hay que mirar hacia adelante. Despedimos a los viejos amigos, e igual dentro de poco conocemos alguno nuevo. Sólo hay que plantearse si con lo bien que funciona el metro, te compensa gastarte de nuevo un pastizal para volver a subirte a la noria consumista. Si habéis echado cuentas alguna vez, os habréis dado cuenta de que aún yendo en transporte público/taxi y alquilando coches en vacaciones y ocasiones especiales, no alcanzamos el coste que tiene un cuatro ruedas a lo largo de su vida útil. Eso sí, ¿y lo que viste?

Me quedo meditando sobre esta cuestión, y una vez más, sobre lo fugaz de nuestra efímera existencia.

Bienaventurados los siniestros totales, porque ellos serán desguazados



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jueves, 5 de julio de 2007

La soledad VII

La Eterna Solitaria, ayerAnoche lo hablaba con la luna:

- Qué sola estás; qué sola se te ve siempre.
- Sí, muy sola. Así soy yo, y así ha de ser. Pero veo que no soy la única.
- Cierto es. Son tiempos de soledad, qué le voy a hacer.
- Me parece que no lo llevas tan bien como yo. Hace meses que me asomo a tu ventana todas las noches, y salvo algunas ruidosas ocasiones, siempre te veo mirarme ahí solo, conmigo como tu única compañía.
- Sí, así es, aunque no sea lo que quiero.
- ¿No será que te está empezando a gustar?
- Creo que no; siempre pensé que yo estaba hecho para vivir en pareja; es como me he llegado a sentir mejor, y es como me gustaría estar.
- ¿Y dónde está el problema?
- "El problema" son varios. Fundamentalmente, que me falta "la materia prima", y después, que estoy empezando a dudar seriamente de que, en realidad, quiera vivir con alguien.
- ¿Por qué lo dices?
- Porque a lo mejor ya no quiero, y no me he dado cuenta todavía.
- Hablas así porque estás tristón, pero no tiene sentido; ya verás cómo, cuando menos te lo esperes...
- ...sí, ya lo sé. He oído muchas veces esa frase. Por eso me obligué a dejar pensar en esto hace tiempo. A ver si "me lo esperaba menos", y sucedía. Pero no ha sido así.
- Sin embargo, tienes lo que muchas otras buscan; las oigo cada noche solas, en sus ventanas. ¿Qué te hace pensar que no llegará lo que esperas?
- En realidad, nada. Quizá sea sólo una premonición.
- No desesperes, confía en esta eterna solitaria; he visto cosas así una y otra vez, durante milenios, y créeme, no tienes por qué preocuparte.
- Quién sabe... La verdad, a veces te envidio. La gente se enamora de ti sólo con mirarte; tienes un extraño influjo en las personas.
- Sí. Muchos de vosotros, ahí abajo, sois románticos, soñadores, y os encapricháis con lo que no podéis tener.
- No sabes cuánta razón tienes...


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martes, 3 de julio de 2007

La música IV

Chopin - Nocturno op. 37 nº 2 en SolChopin. Podría pasarme horas intentando describir su música, y lo que significa para mí, pero no le haría justicia. Sin hacer de menos a muchos otros, es de lejos el compositor que más aprecio, creo que causado en parte porque toco bastantes piezas suyas. Lo hice desde que empezaba con el piano, porque compuso algunas obras que, aunque requieren tocar con algo más que con las manos, son relativamente sencillas en el aspecto técnico.

Al fin y al cabo, con esto de la música, todos nos reducimos a lo mismo, sea el que sea el tipo de música que nos gusta: que nos llegue, que nos diga algo, que nos haga sentir. Y es en esto que Chopin, junto con Rachmaninov, me hacen bullir por dentro. En mi opinión, Chopin despliega un lirismo en sus piezas que pocos han igualado. Sus fraseos son inconfundibles, así como sus armonías y ciertas modulaciones, que ha repetido en más de una pieza. Creo que prácticamente lo que más me llena son sus modulaciones. Los cambios de tonalidad. Es de esas cosas que has envidiado tanto durante tus años de estudio que en su momento hubieras dado algo importante por tener ese don. Por más que las escucho y las analizo, no dejo de maravillarme. Supongo que tiene su técnica, como todo, pero me parecen verdaderamente meritorias.

Otro día subo una obra más gótica. Hoy ha sido el nocturno op. 37 nº 2, una delicia en la versión de Barenboim. No tiene demasiado que ver con lo de las modulaciones (salvo una progresión al final), pero mira, me apetecía. Quería probar a incrustar un objeto reproductor, para cuando suba algo que me han pedido (sí, no se me olvida), y me ha parecido muy bien y muy discreto el que le he visto a Artemis en Cruzada Oscura (thanks). A ver qué tal.





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lunes, 2 de julio de 2007

Curiosidades XIII

Feliz frikismo... al que lo seaPreocupado estoy. Lo venía pensando en el autobús. Hace poco he descubierto que un grupito del curro me llama "el friki". No me molesta, claro, ya que no lo hacen con mala intención. Pero he discutido con ellos porque pienso que ese mote es altamente inmerecido. Supongo que ellos tendrían sus razones, pero personalmente pienso que elegieron ese porque no se les ocurrió otro. O bueno, quizá por algún comentario que hice al respecto de mi disfraz de Darth Vader. Coñas aparte (no tengo ni tendré un disfraz de Darth Vader ni de nada, evidentemente), no conseguí quitarles la idea de la cabeza, y me vine a casa bastante pensativo. "Yo no soy un friki", pienso. "Estos no han conocido nunca a un friki de verdad". Como evidentemente no me quita el sueño sacarles de su error, lo dejé ahí, pero curiosamente, unos días después ví en Terra un banner sobre no sé qué del Orgullo Friki. Pensé: "ya no saben qué inventar". Pinché por curiosidad, y aparte del artículo, encontré un link a un test, que aparentemente, mide tu grado de frikismo. Convencido de tener un arma que esgrimir contra lo injusto de mi mote, me dispuse a completarlo. Así lo hice.

Ese test es claramente incorrecto XD No porque haya sacado una puntuación que no esperaba, sino porque considera que cosas como las siguientes contribuyen a que seas friki:


  • Haber estudiado alguna vez un idioma por tu cuenta
  • Haber hecho la declaración de Hacienda por tu cuenta
  • Querer un ordenador nuevo
  • Gustarte los documentales de National Geographic
  • Tener gafas o un home-cinema
  • Si acostumbras a leer libros o escuchas música clásica
  • Etc.

Vamos, que así, cualquiera saca una puntuación de friki (en concreto, 15.68). No obstante sí que hay muchas preguntas que encarrilan al sujeto para identificarlo en su verdadera naturaleza. De cualquier modo, parece ser que si pasas de 15 te puedes considerar friki (sin apellido), lo mismo que si pasas de 25 eres friki total, si pasas de 35 gran friki, y así hasta "acuda al psiquiatra" si pasas de 80.

Como pienso que en esta vida hay que ser sincero y solidario (entre otras muchas cosas), os reto, mis asidu@s lectores/as y/o visitantes ocasionales, a que seais solidarios conmigo en este mi ejecicio de sinceridad, y que contestéis el test, compartiendo aquí vuestro resultado, sea cual fuere.

Os llevará una media hora (sí, media hora) porque son un huevo de preguntas, pero se hace ameno porque mientras te van dando opciones, te vas riendo, aceptando que te gusta o practicas tal o cual cosa.

El frikitest, aquí.

Suerte; espero esas puntuaciones.

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