Los cambios III
Los cambios implican despedidas. Hay que decir adios a lo antiguo y saludar a lo nuevo, si lo hay. Es más fácil hacerlo cuando son bienes materiales; un coche, por ejemplo. Aunque le hayamos cogido cierto cariño con los años, y nos haya acompañado en multitud de ocasiones, no deja de ser un objeto inanimado. Más difícil es separarse de las personas. Sobre todo si has estado junto a ellas muchos años, si has compartido vivencias, si de un modo u otro, has crecido junto a ellas. Se hace duro el momento de la despedida, más aún si sabes que, muy probablemente, no os volveréis a ver. Repaso de lo acontecido, recuerdos y más recuerdos. Lágrimas, emociones a flor de piel. Mil cosas que decir, y ni una palabra que haga justicia. Al final, sólo un sentimiento, una mirada, y una sonrisa, por los años compartidos.
Que te vaya bonito, amigo.
4 comentarios:
Algo así pensé yo hace más o menos un año cuando tuve que "cambiar" a un viejo amigo por otro nuevo. Me dio mucha pena. Pese a ser un objeto inanimado me entraron hasta ganas de llorar porque con él también se fueron un montón de recuerdos acumulados a lo largo de muchos años.
Joder... Acabas de describir perfectamente cómo nos sentimos ante la idea de despedirnos de alguien sabiendo que no volverás a estar con ella, o que nunca volveréis a estar como antes.
Además, que parece que lo hayas hecho a propósito, porque yo hoy tengo una cena de clase, y es la última vez que estamos todos juntos XD
1beso!
Es triste en ocasiones despedirse... sobre todo cuando te das cuenta de que esa persona ya se ha ido y no le has dicho todo lo que te hubiese gustado.
Me has tocado la vena sensible con esta entrada... :P
Mira al frente, no hacia atrás, las experiencias están ahí, forman parte de tu yo, y te enriquecen... está claro que saldrás adelante, todo el mundo lo hace... cuesta más o menos... pero todo llega y todo pasa... carpe diem
Publicar un comentario