lunes, 2 de abril de 2007

La sociedad I

Ahí abajo, la sociedad españolaRecuerdo las otras urbanizaciones o pisos en los que he vivido. Estaban llenos de jóvenes. Me avergüenza decir esto por la parte que me toca, pero he visto una y otra vez cómo nadie conoce a nadie en estas comunidades, y cómo a nadie le importa esto lo más mínimo. ¿Quién les enseñó a todos estos incivilizados cómo comportarse en sociedad? ¿Papá y mamá? Pues vaya con esos papás...

Las sociedades están en continuo cambio, evolucionan. Los sociólogos sabrán más de esto. Cómo va a afectar a estas generaciones una serie de temas, como el hecho de que la vivienda cueste tanto que obliga a la mayoría de las parejas a que los dos trabajen fuera de casa, lo que deja en muchos casos la educación y el control de los hijos en manos de desconocidos o peor aún, en manos de aparatos conectados a la televisión (papá 1, papá 2, papá 3). Cómo nos está afectando el que en los telediarios tengan a bien mostrarnos en primer plano los trozos sangrantes de los seres humanos despedazados por el último atentado en oriente medio. Cómo afecta a nuestros hijos el ver cómo sinvergüenzas, vagos, inútiles y vividores tienen más éxito en esta sociedad y ganan más dinero viviendo del cuento que casi cualquier trabajador decente. Tantas y tantas cosas que aparecen en los últimos años y que forman parte de nuestra cotidianidad, sin duda están afectando a las nuevas generaciones, y sólo dentro de unos cuantos años, cuando ya sea tarde para poner remedio a nada, veremos los resultados.

Volviendo al tema: es realmente reconfortante ver cómo las personas mayores, en muchos casos ancianos, nos dan lecciones de urbanidad y comportamiento sin saberlo. Ver cómo no sólo conocen a todo el mundo, sino que se interesan, te preguntan cómo estás y cómo te va con una sonrisa en la boca. Sí, de vez en cuando cotillean, pero pídeles un favor, verás cómo están ahí al pie del cañón sin más interés que el simple hecho de echarte una mano. Resulta curioso ver el contraste de este tipo de comportamiento con el de los jóvenes. En las reuniones de vecinos, sin ir más lejos. La gente mayor trata los temas pensando en el bien de la comunidad, lo que nos irá mejor a todos, saben y calibran el impacto que tendrán ciertas decisiones para algunos vecinos, su problemática, e intentan minimizarlo. Curioso, al compararlo con ciertos personajes, desgraciadamente jóvenes, supongo que educados en la calle, que se expresan tan bien como un pitbull en la arena, y sólo van a las reuniones para explicar el problemón que tienen, para que la comunidad se lo solucione, para quejarse de todo lo que pueden e incluso para reventar las reuniones. El resto de temas les trae al fresco, el resto de vecinos no existen. Que les den por saco, mientras me solucionen mi tema. Qué bonito.

Me resisto a creer que así deben ser las cosas, que debemos pensar siempre en nosotros, que no nos deben importar lo más mínimo los seres humanos que nos rodean. ¿Para qué nos habrá tocado en herencia un cerebro con tanta capacidad? ¿Para qué tendremos ojos, oídos y sentidos? ¿Es tan difícil darnos cuenta de que estamos rodeados de otros seres humanos como nosotros? ¿Es que vivimos en una burbuja? ¿O es que a algunos les gustaría?

Recuerdo cuando hace no mucho hubo grandes disturbios en Francia. Los sociólogos se apresuraron a ir a todas las televisiones a explicar los porqués de tamaña barbarie. Parece que las raíces estaban unas décadas atrás, y habían evolucionado de mala manera porque nadie se había preocupado por pensar qué pasaría dentro de unos años en zonas pobres y mal comunicadas, con las siguientes generaciones de inmigrantes, con el paro, con el aislamiento, con la falta de recursos económicos, de educación y de cultura. Los que pueden hacer, cambiar, solucionar, esos a los que votamos de vez en cuando y que gastan el dinero que nosotros ganamos como mejor les parece, no se preocupan con este tipo de situaciones a medio-largo plazo. Las elecciones, el poder, los sillones y la pasta (nuestra pasta) que manejan se renuevan cada 4 años, no hace falta planificar ni estudiar a 20 ó 30 años vista, cuando a lo mejor están los otros en el sillón. Además, qué difícil, oiga.

Así nos va.

In English, please

No hay comentarios: