domingo, 25 de marzo de 2007

Los principios I

Los principiosTodos los seres humanos deberíamos tener principios. Todos deberíamos tener una serie de pilares básicos en los que se apoyara nuestro comportamiento; generalmente adquiridos de nuestros padres, si éstos se ocuparon de inculcárnoslos. Otros formados en nosotros por la propia experiencia en la vida. Normalmente, por la propia naturaleza de los principios, éstos deberían ser relativamente inmutables, aunque la vida se encarga de enseñarnos que inmutable del todo... no hay nada.

Mi experiencia hasta ahora me ha demostrado que es bueno no sólo tener principios, sino ser fiel a ellos. En nuestras relaciones con otros seres humanos, en el trabajo, en la vida en general. No vivimos en una cueva, interaccionamos con muchas personas al cabo del día, y es bueno mantener una dirección constante al recorrer el camino. No obstante, no todo el mundo tiene principios, o no todo el mundo los utiliza para guiar su comportamiento. En mi opinión, el peor es el que los tiene pero no los utiliza, porque a sabiendas se engaña a sí mismo, que no a los demás.

A veces le ha chocado a algunas personas encontrarse con alguno de los mios. Según parece, no estamos en una sociedad ni vivimos tiempos en los que ciertos principios se mantengan incólumes, por lo que algun@s se extrañan. Uno de ellos es no hacer el mal cuando sé diferenciarlo del bien. Un poco más específico sería el "no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti". No, no sé hacer cosas que sé que están mal. No puedo hacerlas. No sé ser infiel. No puedo serlo casi ni de pensamiento. Más que nada porque no entiendo el tener una relación si vas pensando en tener, o peor, teniendo otras relaciones fuera de la tuya. Para eso... no la tengas, ¿no? No sé mentir. Mentir a sabiendas, mentir para ocultar. Mentir en lo que dolería saber como verdad. No sé cómo podría mirar a alguien a la cara sabiendo que le he sido infiel. Mis principios me impulsan a actuar así, no hay más. No puedo luchar contra ello. Es así, y ya.

No todo el mundo es así. Conozco a gente que me diría "pues yo quedaría con todas las mujeres que pudiera... y aprovecharía todo lo que me dejaran". Yo... no puedo. Conozco a alguno que practica con asiduidad la infidelidad, que se recrea en ella y la disfruta. Que se engaña intentando convencerte de que tiene algún exceso hormonal, cuando lo único que tiene es un exceso de ego. Que voluntariamente no quiere diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal, porque nadie le abronca si elige la que sabe perfectamente que es la opción incorrecta.

El mundo está lleno de gente así. Son los que ignoran voluntariamente los principios que andan por ahí, en el fondo, y que conocen de sobra. Yo elijo no ignorarlos. Elijo regirme por ellos mientras pueda, elijo ser coherente con ellos, sean los que sean, y no darles de patadas haciendo que no van conmigo. Lo hago incluso cuando no me ve nadie, y en las situaciones en las que no afectaría a otras personas.

Sé que a nadie importa si lo hago o no. Pero no os imagináis lo tranquilo que duermo... y no necesito agenda para cuadrar las citas.

In English, please

1 comentario:

Anónimo dijo...

Olé, que diferentes podrían ser las cosas si más gente fuera así.

Gracias por escribirlo.