El amor II
Amor y sexo son dos cosas diferentes, aunque en muchos casos vayan de la mano. Muchos nombres diferentes les ponemos, y muchos apellidos. Como todas las cosas del ser humano, cada uno tiene su ideica sobre cómo deben ser las cosas. Un@s piensan que son inseparables, otr@s, que si uno es bueno, el otro no puede serlo. Personalmente, y por la experiencia más que otra cosa, estoy más con lo segundo que con lo primero, aunque hay honrosas excepciones.
Suponiendo (que suponemos de más, pero bueno) que todo el mundo es bueno en la cama, el ideal es que la confianza con tu pareja te lleve a cotas cada vez más placenteras de disfrute del sexo. El acoplamiento paulatino, y sobre todo, el profundizar en las necesidades y en las fantasías de la pareja nos puede hacer tocar el cielo. Pero esto es la teoría. Si esa confianza total no existe, su falta irá creando lentamente el efecto contrario.
No todo el mundo sabe - o puede - separar el sexo del amor. Para unos es cosa natural; a otros nos cuesta más. Otra vez la educación... con lo tábula rasa que estamos cuando nacemos. Cuántos prejuicios imponen las normas educativas y la sociedad en general. ¿Tan malo es querer disfrutar de un buen rato con alguien? ¿Podemos quedar con una amiga y disfrutar de una peli en el cine pero no quedar para hacer un lujurioso intercambio de fluidos?
Luego viene la segunda parte: las connotaciones que tenga para cada uno el mencionado intercambio. Tirarse a esta piscina no suele ser bueno si para uno de los dos es sólo sexo y para el otro no. Pequeño problema. Y mira que es difícil coincidir totalmente con alguien en esto. Recuerdo cuando estaba en la universidad; un amigo tenía otro amigo que había encontrado una tía con la que, después de un brillante primer encuentro, ambos quedaban los viernes única y exclusivamente para darle rienda suelta a sus instintos. Después, cada uno a su casa, y si te he visto no me acuerdo hasta el viernes siguiente. Perplejo me quedé, y reconozco que me invadió un ligero sentimiento de envidia. Sana, eso si. Pero vamos, este no suele ser el caso, a no ser que alguien me diga lo contrario. O digamos que si lo es, tampoco lo suele ser por mucho tiempo.
Porque al fin y al cabo...¿no es el sexo una necesidad fisiológica como puede serlo el comer o el dormir? ¿No nos entran ganas a todos con mayor o menor frecuencia? ¿No lo echamos todos de menos en mayor o menor medida cuando carecemos de él por una temporada? Si es así, ¿por qué no considerarlo una necesidad como cualquier otra? ¿y por qué no debería estar bien saciarla cuando lo creas oportuno? ¿Debería alguien sentirse mal por hacerlo? ¿Debería alguien sentirse mal por buscarlo? ¿Debería alguien sentirse mal si le apetece... mucho? Yo creo que no. En el fondo, a quién debería importarle que cada uno haga con su cuerpo lo que mejor le parezca... Gracia me hacen aquell@s que critican a la gente que lo tiene claro y lo disfruta todo lo que puede... Qué ganas de meterse en la vida de los demás... como si los demás se metieran en la suya.
Pero qué absolutamente increíble es cuando los dos van juntos, ¿verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario