lunes, 11 de febrero de 2008

La sociedad V

Hoy ha sido otro día de esos en los que, como explico en otra entrada, he subido a casa cargado como un burro segoviano (otro día os explico esto). Una vez recuperada la sensibilidad en mis manos, puedo describir la situación vivida (revivida, debería decir).

Caja 3 del supermercado: espero mi turno en la fila. Mientras, echo un vistazo a mi alrededor. Me gusta observar a la gente, me divierte hacer deducciones sobre ellos. Caja 6: una mujer de unos 39 años, esperando como yo, parece tener su mirada fija en mí. Cuando le dirijo la mía, compruebo que no; mira a algo o a alguien por detrás de mí. En una fracción de segundo, hago mi pronóstico. En realidad, me ha resultado sencillo. Su cara era un libro abierto. Su mirada apuntaba a media altura. Miraba tan de reojo que si no le veías los ojos, parecía que no miraba allí. Un casi imperceptible gesto de desagrado envuelto en superioridad, a medio camino entre el asco y la envidia, la delataba. Estaba mirando a otra mujer.

Dos segundos después, una media sonrisa aparece en mi cara al comprobar que acertaba: el motivo de la mirada pasa detrás de mí en dirección a ella. Una joven alegra la vista al personal con unas ajustadísimas mallas blancas que, pese a no ser demasiado finas, no dejan gran cosa a la imaginación, y eso que yo la estaba viendo por detrás. Para mi sorpresa (no por que lo hiciera, que eso no me sorprende, sino por la falta de educación que demuestra) la mujer de la calle 6 le sigue mirando directamente la entrepierna mientras se le acerca, hasta que está prácticamente a un par de metros; en ese momento supongo que le da corte y pone las cortas. No acaba ahí mi sonrisa, que se convierte en risa al tener éxito una vez más en el típico ejercicio de control mental que me encanta practicar. Según la interfecta pasa de largo por detrás de la mirona, le espeto mentalmente: "en cuanto oigas sus tacones pasar de largo, échale una buena mirada al trasero, para tener la foto completa... vamos, hazlo". Dicho y hecho, como si me hubiera oído. Último repaso a las grupas, para volver después la mirada al frente con ese típico movimiento que, lentamente, va a dejar la barbilla un poco más alta de lo normal, a la vez que la cabeza queda ligeramente inclinada hacia el lado de la interfecta, las comisuras de los labios apuntando hacia abajo y la ceja contraria ligeramente elevada (confiesa que estás haciendo el gesto mientras lees esto).

Todo esto viene a que me apetecía dedicar una entrada a la manera en la que las mujeres se miran entre sí. Me ha llamado la atención desde que tengo uso de razón. ¿Qué impulsa a las mujeres a mirarse de ese modo, más descaradamente aún que cualquier mirada masculina? ¿Por qué de las 4 personas que se sientan frente a mí en el metro, cuando entra el bombón, el tío sólo le echa una miradilla rápida, y en cambio las otras 3 mujeres se la quedan mirando de arriba a abajo y en sitios puntuales hasta que se quedan a gusto? ¿Por qué sólo hay que verles la cara para leer en ella lo que están pensando? (¿y por qué me lo paso tan bien cuando veo esto?).

Una antigua amiga mía, tan guapa como sincera, me dio un día una respuesta clara y rotunda de lo que le sucedía (aunque sé que no es representativa de la clase femenina): "Yo miro así a las tías porque son la competencia. Las miro de arriba a abajo para ver si están buenas o les sobran unos kilos, a ver cómo visten y todo eso. Si están buenas y tal, pues pienso 'mira esa [censurado], qué buena está'. Si no, o si es una hortera o algo, la pongo verde y me siento mejor".

La verdad es que no me esperaba aquel bofetón de sinceridad, pero luego lo agradecí mucho. De hecho, pese a que he visto ese comportamiento cientos de veces en todos estos años, jamás he vuelto a oír a ninguna mujer confesar abiertamente que lo hagan, o si lo hacen, que les mueva la envidia o ese sentimiento de competencia. Lo normal es bromear sobre el asunto y cambiar de tema.

De cualquier manera, es algo muy divertido de observar. Si ya lo habéis hecho en alguna ocasión, voluntaria o involuntariamente, habréis comprobado lo estándar del proceso, pero si no, fijaos bien, porque es muy curioso. ¿La mejor manera? Bien simple: un lugar más o menos cerrado (metro, autobús, una tienda, no sé), con gente que no se conoce. Entra una maciza, o una mujer con alguna "característica" que sobresalga de lo normal. No observéis a la maciza, hay muchas por ahí. Observad al resto de la gente. Os divertiréis.

In English, please

6 comentarios:

Artemis dijo...

Ya se que no ves mucho la tele, pero en "El Hormiguero", un programa de la Cuatro aparece de vez en cuando un tipo hablando y le llaman el rey de las cosas pequeñas. Bueno, todo esto viene porque cada vez que sale me recuerda mucho a ti, por los temas que trata, cosas pequeñas e insignificantes, pero que les sabe sacar todo el jugo con maestría. De verdad enhorabuena, porque todas estas situaciones que todos hemos vivido nos las muestras de una forma diferente y curiosa cuanto menos. No he hecho nunca este ejercicio de observación que nos propones, pero en cambio sí que me gusta fijarme en los zapatos de la gente en el metro, bus, etc y hacer mis conjeturas al respecto.

Anónimo dijo...

Jajaja! Me encanta XD Lo triste es que tienes toda la razón del mundo... A mí me pasa XD
No es por egocentrismo ni nada, es una realidad. Normalmente, las que peor miran son las mujeres más maduras, sobre todo aquellas que han envejecido mal. Aunque hay algunas jóvenes que se las traen (cuando tienen algún tipo de resentimiento, véase: kilos de más, acné o simplemente son feas XD).
Y ahora admitiré que los "bombones" como los llamas tú también hacen lo mismo. Por pura competencia, sí señor. Hay que confirmar que sigues siendo la más guapa entre todas XDXD
Yo no lo hago mucho, ya que me abstraigo en mi mundo, pero confieso que más de una vez sí.
1beso!

Anónimo dijo...

jaja muy bueno. (llegué aqui vagando d blog en blog, como he acostumbrado a hacer ultimamente xD) si es que las mujeres nos complicamos demasiado a veces, pero y lo que nos divertimos... XD

Fénix dijo...

Artemis: La verdad, me suena lo que me dices. Creo que alguien me lo ha comentado antes de ahora. He visto las homigas desdentadas de trapo alguna vez por ahí. Pero se han puesto todos a cantar "A la cama..." y me han echado definitivamente XD Gracias por tu comentario, Artemis.

Lost Girl: Aaaaaahh miraaaaa... a tí también te pasa! XD Bueno, en tu caso, seguro que si miras, es sólo por curiosidad, ¿a que sí? ;-)

Dayst: Bienvenida, aunque sea por casualidad. Puedes vagar por aquí siempre que quieras :-D

Anónimo dijo...

Ya te he dicho que sí jajaja! Normalmente me miran con mala cara, pero yo también miro a las que me miran con mala cara y me río de ellas XD
Lo sé, soy una mala persona: iré al infierno... Yeahhhhh!
1beso!

Horus dijo...

Totalmente de acuerdo, las tías entre ellas es que si pudieran se sacarían los ojos y respecto a lo que dices yo sí que me he fijado muchas veces, hay algunas que les dan unos repasos tan descarados que no sé ni cómo no les da corte.