martes, 5 de junio de 2007

Los cambios II

Mi empresaUna vertiente no muy agradable de los grandes cambios es el típico aislamiento que se sufre. La gente suele tener bastante con sus propios problemas, y es raro encontrar a alguien que muestre un poco de empatía con los tuyos. Tú pasas los días intentando comprender el cambio en el que estás inmerso, intentando averiguar cuál es la mejor manera de sobrevivir a él y procurando no llevarte más heridas de las necesarias en el durante, mientras que al resto del mundo le traen al pairo todos estos temas. Lo más normal es que cada uno, independientemente de lo próximo que esté de tí, intente arrimar el ascua a su sardina, sin tener en cuenta si pasas un momento difícil, si estás bien o mal o si necesitarías un poco de ayuda. Exigen lo mismo de tí, lo que has dado siempre, lo que de continuo han tenido, como si nada pasara. Incluso te recuerdan que tú siempre has dado más, sin tener en cuenta lo más mínimo cómo tienes el cuerpo... y el alma.

Quizá deba ser así; quizá sea ley de vida esto de pasar por los grandes cambios tú solo, por aquello de hacerte fuerte. O quizá es que debemos realizar una lectura mimética de ello, y aprender a pasar de los demás del mismo modo que los demás pasan de tí, por aquello de adaptarte al entorno, de no destacar.

O quizá sea que la respuesta está oculta en la propia pregunta, y simplemente es que no se le pueden pedir peras de comprensión al olmo del que te estás bajando.

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1 comentario:

luis f. lópez dijo...

Gracias por pasarte por "la Cruzada" y dejarnos tu opinión. Tienes temas muy interesantes en tu blog, tb me verás más a menudo por aquí.