miércoles, 23 de mayo de 2007

Curiosidades VI

Aquí, vacilandoEn una de las últimas entrevistas que concedí en televisión, siempre para interrogarme sobre el secreto del éxito de mi blog, di finalmente la clave: el título. Sí, aunque parezca que no, ahí está la clave.

Por supuesto, en primer lugar tienes que preocuparte de aparecer en los principales buscadores de internet. En segundo lugar, y más importante, debes procurarte los primeros puestos de las búsquedas. Hay diferentes técnicas para esto, que los i-consultants conocen a la perfección. Yo elegí la más simple: buscar un título para mi blog que me garantizara aparecer en las búsquedas más comunes de internet. Es por esto que escogí ese título, tan buscado en internet, un clásico entre los clásicos, popular para todas las edades: los números romanos.

Otra solución más sencilla hubiera sido forrar mi blog con carne, pero no me parecía serio; tampoco pretendía vivir de ello. No obstante, después del apabullante número de visitas provocado por el desmesurado interés de un alto porcentaje de internautas por los números romanos, comencé a madurar la idea de procurarme ingresos a través de la publicidad. No exento de perplejidad, comprobé que los ingresos no sólo crecían y crecían, sino que me permitían dejar mi trabajo, adquirir una segunda casa en la montaña y empezar a ahorrar para un pequeño barquito (sin muchas pretensiones, 15 m. de eslora está bien).

Después fueron los anunciantes los que comenzaron a llamar a mi puerta, y los ingresos se multiplicaron. Tras unas pequeñas y hábiles maniobras, multipliqué mi número de blogs bajo la misma filosofía, y centupliqué los ingresos. Las entrevistas televisivas no se hicieron esperar, y tuve que contratar a un agente para que llevara mi relación con los medios (me roba con su sueldo, pero me quita una preocupación de encima)

Después de mis tremendos problemas para averiguar en qué invertir la pasta, y tras haber llegado al filosófico punto en el que el dinero no te importa (ya sabéis que esto sólo se cumple para los que estamos podridos de pasta), cerré todos mis blogs y me quedé con el primero, este que leéis, por motivos sentimentales. He quitado toda la publicidad y he vuelto a los orígenes. Me entretiene escribir mientras mis múltiples empresas generan empleo, beneficios y valor para mis accionistas.

Me gustan los números romanos.

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