domingo, 18 de febrero de 2007

La soledad IV

No pidas...Me hacen gracia los comentarios de mis amigos, de vez en cuando, envidiando mi situación actual, desde su encadenamiento voluntario. Está claro que siempre deseamos lo que no tenemos. Ninguno de ellos ve la parte mala, sólo la buena. Querrían nadar y guardar la ropa, tener una maravillosa relación estable y aún así mantener su independencia, su libertad; querrían no tener que rendir cuentas a nadie ni dar nunca explicaciones. Pero todas estos deseos que formulan con la boquita pequeña se les olvidan cuando viene ella y les da un beso sin porqué, cuando preparan juntos la cena y charlan después delante de un café. Ya no se acuerdan cuando se acuestan juntos por la noche, se abrazan y cuando sienten su calor por la mañana. No se acuerdan cuando se ponen malos, y el otro les cuida. No se acuerdan cuando tienen a alguien con quien contar, alguien en quien apoyarse. No se acuerdan cuando vuelven a casa.

No se puede tener todo.

In English, please

No hay comentarios: